jueves, 7 de mayo de 2009

Escribir (yendo)


Si pudiera escribir una oda solamente me sentaría a contemplarte hablar. En cambio, dejo de escribir y me dedico a hacer trazos sobre un papel usado (aunque aveces no usado) y me siento a observar. No escucho hablar a alguien, mis oídos están sordos; no culpo a nadie. Cada vez que abro mi boca salen ramas en vez de palabras y hojas verdes empiezan a brotar hasta que florecen. Me convierto en árbol.

Los ojos se cansan de tanto observar los detalles, pero se ha convertido en una obsesión. Obsesionada por no acumular un vocabulario decente y formalizar estos trazos en el papel no deliberadamente usado.

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